Resumen
El sistema educativo actual no facilita al niño, a la niña, que se desarrolle con plenitud en la esfera personal, artística y creativa. Desde muy pronto, desde su primera institucionalización, ya se le ponen límites a estos aspectos, no dejando, por tanto, que acceda con integridad y libertad a la expresión de sus sentimientos, de su realidad, de su vida afectiva.
Dibujo libre, creatividad y niñez
Si hay algo verdaderamente indefinible es la belleza. Es un concepto tan relativo, con un valor tan privado, que depende de los ojos de cada cual: de su educación estética, de su herencia cultural, incluso de su mundo emocional. Sabemos que el dibujo es un medio de expresión, y sabemos el gran valor del dibujo libre. Sin embargo, aun a día de hoy, escasea en la “escuela tradicional” donde, sobre todo, se copian modelos, normalmente a través del sistema de fichas.
Con el dibujo libre -en la etapa de la niñez- se cumple, y se consigue, una verdadera creación, ya que la persona –el niño, la niña- cuando crea, puede expresar lo que tiene dentro, lo que es, de forma más genuina que cuando imita. Y al hacerlo, nos da una visión propia del mundo que le rodea y, por supuesto, nos da también información de su personalidad, la comparte y se hace más solidario afectivamente, más cerca de ser inteligente emocionalmente.
Cuando en la etapa de la niñez, el niño y la niña dibuja, no hace las cosas tal y como las ve, más bien las hace tal y como las concibe o, más exactamente, tal y como se concibe a sí mismo, a sí misma. Todo ello, por supuesto, también en función de su grado de madurez psicomotriz.
Por lo tanto, el dibujo espontáneo en la etapa de la niñez no abarca sólo, y exclusivamente, aspectos formales, ya que junto a la forma existente del contenido, también se expresan otras caras de su personalidad. Nos puede revelar (si sabemos observar), sus intereses, su nivel de desarrollo, su manera de percibir la realidad, nos transporta a su vida afectiva.
Reflexionaba la autora francesa Juliette Boutonier, a mediados del siglo XX: “El dibujo del niño expresa algo más que su inteligencia o su nivel de desarrollo mental; es una especie de proyección de su propia existencia y de la ajena, o más bien del modo en que siente su existir y siente a las demás personas que le rodean”. A través del dibujo libre de un niño, de una niña, llegaremos a su propio corazón, a sus sentimientos, a sus problemas, a su historia, a sus situaciones cotidianas, a su vida.
¿Cómo puede un ambiente favorecer al niño, a la niña, a que exprese su creatividad, sus sentimientos, a que se manifieste? ¿Qué capacidades desarrolla el niño, la niña, para disfrutar de la belleza que le rodea? ¿Cómo podemos conseguir una buena educación plástica y creativa, bajo un prisma holístico e integral? Son cuestiones que dejo en el aire para que reflexionemos, para que las respondamos.
Referencias
● Boutonier, J. Les dessins des enfants. Editions du Seuralée, París.
● Goodenough, F. L. y Hawis, D. B. Test del dibujo de la figura humana. Tea, Madrid.
● Vega, J. L. Psicología evolutiva, teoría y metodología. Gráficas Verona, Salamanca.
*Titulada en Perito Mercantil y licenciada en Bellas Artes (Universidad de Sevilla), ha trabajado como docente más de 35 años y, en la actualidad, se dedica plenamente a la pintura y el arte, como artista y directora de la Galería de Arte María Nieves Martín ubicada en Villafranca de los Barros. En el año 1996 defendió su Tesina -dirigida por el profesor Joaquín Arquillo- titulada “La creatividad en la niñez y en la adolescencia”.