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Mario Soler Martín *

Núm. 6 - Educación [I]: el contexto actual de niños y niñas, adolescentes y jóvenes


Resumen

Con esta nueva entrega de Blogía queremos invitar a que reflexionemos sobre educación -tan necesaria y, en tantas ocasiones, tan maltratada- y, en concreto, nos gustaría fijar la mirada en el contexto actual en el que estamos sumergidos, sumidos, que nos rodea –también a la educación-, o lo que es lo mismo: cambios, retos, tecnología, globalización, economía, riesgos, incertidumbre…

¿Cuál es el contexto actual en el que viven niños y niñas, adolescentes y jóvenes?

El contexto en el que están viviendo -creciendo y educándose- niños y niñas, jóvenes y adolescentes lo tenemos necesariamente que dibujar a partir del análisis de los inmensos cambios que, cada vez, son más y, sobre todo, son más rápidos, amplios y profundos. Para poner algunos ejemplos que ilustren esta idea, vamos a recurrir al sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, que llega a definir el momento presente como la modernidad líquida, o lo que es lo mismo: “un tiempo donde abundan acelerados cambios socioculturales provocados, en gran medida, por el impacto transformador que tienen las tecnologías digitales en la sociedad”. Y en este panorama de modernidad líquida, para Bauman, la educación requerirá de nuevos modelos que ayuden a construir la identidad digital que demandamos, o necesitamos como sujetos, y que, al mismo tiempo, nos permitirán sobrevivir y adaptarnos a estos nuevos cambios tan profundos y rápidos.

El mismo Bauman, en su libro Los retos de la educación en la modernidad líquida, nos regala otra característica del contexto actual -para la juventud y la sociedad- a través de lo que llama el “síndrome de la impaciencia”. Al respecto, expone que el consumismo hoy ya no se define por la acumulación de cosas, sino por el breve goce que producen. Desde este prisma del síndrome de la impaciencia, Bauman percibe la educación como un producto, y no tanto como un proceso. Afirma que en la educación se acaba sustituyendo la noción de conocimiento útil, y para toda la vida, por un conocimiento de “usar y tirar”, por un conocimiento de consumo que mira a la oferta y a la demanda, a la economía y al mercado.

Por otro lado, el también sociólogo Ulrich Beck denomina el periodo vigente como la Sociedad del Riesgo, y le adhiere aspectos tan importantes, al mismo tiempo causas y consecuencias para la juventud y para el proceso educativo dentro del contexto social actual como, por ejemplo: la aparición del trabajo flexible y precario; el empobrecimiento de las condiciones de vida de las clases medias; la pérdida de las conquistas y los derechos sociales; la aparición de nuevos discursos como el feminista, el ecologista o el neo nacionalista; el pensamiento uniforme y la desinformación deliberada por parte de los Medios de Comunicación y de los gobiernos; la limitación progresiva de la educación a la población; la crisis de las instituciones sociales modernas, entre ellas la escuela o la familia; la aceptación del riesgo y de la incertidumbre en el pacto social; la convivencia permanente de la ciudadanía con un estado de crisis en terrenos como la ecología, la política, la seguridad ciudadana o la economía. Y, por citar alguno más, la existencia de una dominación completa del capital privado en la sociedad, lo cual repercute, por ejemplo, en las instituciones científicas, en los derechos de la ciudadanía, en la sanidad o, por supuesto, en la educación.

En otras palabras, el contexto actual donde viven, conviven, crecen y se educan niños y niñas, jóvenes y adolescentes, es lo que se conoce como la globalización, la “aldea global”. Un status quo que, hasta el momento, nos ha llevado, nos lleva y nos seguirá llevando a la mundialización de la economía y a la “economización” del mundo, a una mayor competitividad, a la valoración de la investigación y la innovación, a la movilidad profesional, a la necesidad de integrarse en otras culturas y con otras culturas y, en consecuencia, a la urgencia y premura de un cambio obligado y real en la educación, un cambio que haga que ésta, la educación, se apoye en el conocimiento, que sea dinámica y flexible y, por supuesto, que incentive y logre, más todavía que antes, o que hoy, la cohesión social y la igualdad de oportunidades entre las personas, entre niños y niñas, entre jóvenes y adolescentes.

En este sentido, la educación debe ser esa herramienta esencial frente a los desafíos que se generan desde el espacio global, y que repercute en lo local, en el día a día, y sigo poniendo ejemplos: la fácil propagación de ciertas enfermedades contagiosas; el terrorismo y las guerras indiscriminadas; la falta de control sobre los mercados y las empresas multinacionales; el aumento de los desequilibrios económicos, sociales y territoriales; la concentración de la riqueza en pocas personas y lugares; el aumento de la desigualdad, del empleo precario y del desempleo; la falta de derechos sociales y laborales; los daños causados al medioambiente; la amenaza a la diversidad biológica y cultural en el planeta; el predominio de la economía financiera-especulativa sobre la economía real; los integrismos religiosos o, por citar alguna característica más, los grandes movimientos migratorios de personas que buscan, simplemente, sobrevivir.

En definitiva, aquí dejamos algunos de los retos, algunos de los problemas, que tiene por delante la sociedad del presente y del futuro, y por ende y sobre todo, la educación. E insisto, creemos que muchos de estos problemas, sólo y exclusivamente, podrán solucionarse desde la educación y a partir de la generación de valores como el respeto, la tolerancia, la convivencia o, dicho de otra manera, desde la construcción de un nuevo modelo, o modus de relación entre los seres humanos que tendrá que pasar, forzosamente, por: atajar los nuevos desafíos que traen las desigualdades, las ausencias de reglas, y de ética, en el libre mercado multinacional y sin fronteras. Que tendrá que pasar por promocionar la igualdad entre todos y todas, así como la equidad y la solidaridad en la sociedad. Que tendrá que pasar por apoyar, de verdad y con fe, un nuevo estilo pedagógico que impulse el aprender a aprender, que potencie la generación de nuevos conocimientos, la innovación y la investigación desde las aulas, en síntesis, que prepare a las mentes, y a las personas, para no ser meros autómatas reproductores de trabajo la mitad del día y, en la otra mitad, máquinas de consumo.

Referencias

● Baumann, Z. Los retos de la educación en la modernidad líquida. Gedisa, Barcelona, 2009.

● Beck, U. La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Paidós, Barcelona, 2002.

● De Marco, S. y Sorando, D. Juventud Necesaria. Consecuencias económicas y sociales de la situación del colectivo joven, 2013.

● Eresta, M. J. y Delpino, M. A. Adolescentes de hoy. Aspiraciones y modelos. Liga Española de la Educación. Madrid, 2010.

*Licenciado en Historia, Sociología y Comunicación Audiovisual (Universidad de Salamanca) y Máster en Problemas Sociales (UNED). Actualmente trabaja como profesor de Formación Profesional de Servicios a la Comunidad, actividad docente que compagina con otras labores profesionales y comunicativas en MASALUD Extremadura, además de en la Galería de Arte María Nieves Martín.


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